domingo, 13 de diciembre de 2009

Balance de un año que se va

Y haciendo balance de un año que se va, doy gracias a la vida por estar viva. Hoy que la soledad de mi salón me reconforta (cada vez más y sin saber por qué) me acuerdo de este año lleno de aventuras, de subidas y bajadas, grandes springs de final de carrera en el que un día más hubiera significado la muerte. Un año de emociones, de logros y derrotas, de gente nueva que viene y gente de siempre que se va. De mi abuela que me deja sola con la promesa de un arcoiris para poder sonreir y una sobrina que nace y nos ayuda a hacer planes. De mis primos, siempre juntos, de mi nuevo cuñado y mi hermana feliz, de mis padres otro año más juntos y conmigo, apoyandome y discutiendo siempre por mí. De mis ojos que lloran. De amores que me dejan un mal sabor de boca, un daño difícil de reparar. De sueños raros en las noches, confusos de descifrar y alentadores amaneceres con la promesa de un nuevo día.
Un año que se va y grita que no va volver, irremediable circular de una vida que, por mucho que lo intenten explicar, siempre va en una sola dirección.
Un año en un cuaderno verde, de caídas y levantadas y caídas y levantadas, luchar por seguir otro año más.
Ganas de tirarlo todo, romper cuadros, jarrones, gritar, dejar que mi locura se vea reflejada en una rabia que desea salir por todos mis poros, poder hablar sin decir nada y que alguien me entienda, que entiendan que no me gusta lo que hay, que necesito algo que no se siquiera que me falta.
Nunca prometo nada al proximo año, las aventuras vienen solas y solas se van, dejar que respirar sea toda una meta, un objetivo, un fin en sí mismo, sin esperar y sin dejar de ilusionarse.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Crónica de una locura anunciada

Sentada en un asiento de autobús. La frente pegada al cristal frío de la ventanilla. No habla con nadie, se marea cuando no es ella la que conduce. Tampoco mira a nada en concreto, ya que sus ojos crean el vacío cuando los posa en algún lugar.
Es la crónica de una locura anunciada, el agujero negro de una cloaca de sentimientos sin usar, un juguete roto, en realidad, de la niña que un día fue.
"Nada te hace feliz, no te sientes bien con nada de lo que te pasa. ¿No te das cuenta? ¿Cómo crees que nos sentimos los que estamos a tu alrededor?"
Una vida sin usar, aún por estrenar que le recuerda, a pesar de los ateos, a una historia de la Biblia: un señor y sus talentos.
De nada vale ya llorar, ya no hay palabras de ánimo que hagan sombra en un cuaderno, solución B, no importa la gente nueva, los amigos de siempre, la familia que está y un pequeño milagro que sonríe cuando se acercan los ojos vacíos. Milagro que quisiera tener más cerca cada día, contagiandome de su vida a estrenar y empezando a usarla juntas. Pero no, dime con quien andas y te diré quién eres, su vida aún sin contaminar.
Y todo parece herirla una vez más. Un recuerdo, una palabra, una oportunidad...
Entre las sombras de una lámpara que cada vez se enciende más temprano, saldrá una fuerza, un grito de esperanza. Aún tiene una vida por soñar y un sueño que vivir, siempre nos quedará la salida de emergencia.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Con otros ojos

Con otros ojos veré, lo que vosotros queréis que vea.
Con otro corazón amaré a aquellos que me aman, y odiaré a los que me odian.
Con otra cabeza, pensaré más en mi reflejo que se vuelca en el lavabo lleno de agua, típica imagen de película, cuando alguien se siente demasiado mal para mirarse directamente a los ojos y preguntarse a donde va su vida.
Pero solo estoy yo, con esta cabeza, con este reflejo que por momentos se difumina, se hace borroso y me empieza a marear. Esa pregunta que se ahoga antes de ser formulada, esa que duda de si sería mejor marchar, si es verdad que el dolor lo traigo yo, la frustración de aquellos que me escuchan cuando, en realidad, no quiero decir nada.
Huir sola, en mi casita con ruedas, ahora que no le tengo miedo, ahora que no sé dónde ir.
Y mientras oscurece el cielo, cuando las nubes anuncian tormenta, yo me siento frente a la cálida luz de una pantalla de ordenador y vacío esta vida que ya no sabe qué hacer, dónde ir,...
"YO NO LO VEO"

domingo, 11 de octubre de 2009

Donde quiera que estés

Donde quiera que estés
"Donde quiera que estés,

te gustara saber
que por flaca que fuese la vereda
no malvendí tu pañuelo de seda
por un trozo de pan.
Y que jamás,
por mas cansado que
estuviese, abandoné
tu recuerdo a la orilla del camino,
y por fría que fuera mi noche triste,
no eche al fuego ni uno solo
de los besos que me diste.
Por ti brilló mi sol un día
y cuando pienso en ti brilla de nuevo
sin que lo empañe la melancolía
de los fugaces amores eternos.
Dondequiera que estés,
te gustara saber
que te pude olvidar y no he querido,
y por fría que sea mi noche triste
no echo al fuego ni uno solo
de los besos que me diste.
Dondequiera que estés…
si te acuerdas de mi."

Joan Manuel Serrat

Ahora me toca a mí.

"Donde quiera que estés, te gustará saber, que sin ti soy una cobarde más. Que añoro más que nunca tu olor de mil colonias distintas que impulsaban mi pasos en el camino.
Donde quiera que estés, te gustará saber, que abandoné mis sueños de cara a la pared, en una esquina de mis ojos sin brillo, que decidí navegar sola por una senda sin un claro final,
Por mucho que amenezca cada mañana, las palabras que me dan aliento, por la noche me dejan sin respirar. Y vuelvo atrás en la memoria, en un tiempo que ya no me pertenece, y descubro caras borrosas de personas que ya apenas conozco.
Descubro, sin sorpresa, el desaliento pasar de los días, el ir y venir de personas en un mundo, en un barco, ya sin capitana, que naufraga por playas sin tripulación.
Donde quiera que estés, te gustará saber que si miras al cielo, verás un pequeño arcoiris. Si logras encontrarlo, y pasar por él, llegarás a la tierra prometida en donde volveremos a estar juntas otra vez.
Donde quiera que estés, te propongo un cambio, un pacto secreto en el que juramos que vendrás cada noche a verme, solo a mí, y me abrazarás cuando vea alejarse mi arcoiris... sin aún te acuerdas de mí"

lunes, 7 de septiembre de 2009

Si tuviera un último momento

Si tuviera un último momento, un segundo para volver atrás, haría tantas cosas que un día no hice. Agarraría con mayor fuerza tu mano y los besos serían eternos.
Guardaría en una cajita todas aquellas ocasiones en las que me mirabas con tus ojinos azules, esa mirada de amor que solo tú eras capaz de irradiar.
Guardaría en mi cajita de tus cosas las palabras que decías, sencillas palabras de sabiduría sencilla, esa que tú tenías y que eras capaz de mostrar, de enseñar, de regalar.
Si tuviera un último momento, nunca te dejaría marchar, jamás saldría de tu casa. Escribiría cada receta para tener siempre en mi boca el sabor de tu comida, un trocito más de ti.
Si tuviera un último momento te pediría perdón, por cosas que hice y cosas que haré, cosas que tú nunca harías, que nos hacen mal a ambas.
Jamás perdería la corona que tú tenías y que gracias a ti todas hemos heredado.
No tendrías dolor, no habría más dolor para ti.
Si tuviera un último momento, momento que ya no tengo, jamás volvería a olvidarme de ti, a dudar sobre como era tu risa, como sonaba tu voz cuando conseguías callarnos a todos, tu pasos firmes, jamás tomarían la dirección que tomaron.
Siempre en mí quedarás tú, quedará tu luz, orgullosa de las mujeres que hay en mí: la que tú fuiste, la que tú criaste y a la que tú valiste de ejemplo.
Podré caerme, y por desgracia caeré, pero en tu regazo reposaré justo antes de volverme a levantar.

jueves, 2 de julio de 2009

Ya soy mayor

"Ya eres una mujer. Tú quieres ser Peter Pan, pero ya eres mayor". Jamás pensé que mi madre podría decirme tal cosa. Yo que siempre he sido su pequeña... ¿mis voces de autosuficiencia han dado sus frutos? ¿Será una estrategia de distracción? ¿Será que de repente un papel en mi cartera me haya dado el último empujón a una etapa adulta que todos intentaban frenarme?

domingo, 28 de junio de 2009

Quiero volver

Quiero volver a nacer. Haces cosas de cuando era pequeña, tener mis juguetes en mis manos, y mirarlos para que nunca los pueda olvidar. Nunca quise crecer. Los años han pasado sin darme la opción de parar, sin preguntarme qué quería hacer yo, sin poder evitarlos. Y mis juguetes han quedado en el olvido de mi imaginación, a veces, algunos se escapan de su prisión, de la prisión donde una vez otros los encerraron y vuelven a mí. Pasean por mis ojos, se quedan fijos por un momento y vuelven a desaparecer dejándome un regusto de algo pasado que siempre fue bueno, algo hermoso dentro de una vida adulta que deja mucho que desear para los niños que fuimos algún día. Unos niños que creían que al crecer podrían comer todas las chuches que quisieran, ver las pelis de mayores y acostarse tarde sin saber que detrás de esos deseos infantiles se escondían terribles verdades, contraindicaciones o efectos secundarios.
Quiero volver a ser pequeña, arreglar estropicios de mi vida que me han convertido en la adulta que soy ahora, una adulta con problemas de adulta que no tenía cuando era niña.
Quiero volver a ser pequeña, irme al campo con mi familia, en el columpio de mi abuelo, con mi triciclo rojo, mi muñeca que lloraba y un gran oso azul de peluche con el que dormía.
Quiero salir de mi propia prisión, en la que yo me encerré un día y gritar que soy libre. Prometo salir, buscar la salida, recuperar las fuerzas que perdí y salir.

sábado, 6 de junio de 2009

Con el techo

Entra en la consulta. A penas es consciente de que está allí. Se tumba en el sofá, hoy le apetece tumbarse y no mirar a nada que no sea el gotelé azul del techo.
"Estaba sentada enfrente de un café. Estaba con mis amigas, pero en realidad no estaba, como si otra persona hablara por mí, como si viera en mundo desde más dentro de mí, como si me hubiera sentado enfrente de la ventana y lo viera todo desde más lejos. Estaba hablando de él, una tarde más. Pero aquel día era distinto porque había renovado sentimientos, nuevas cosas que creí olvidadas y es que había soñado con él.
Estaba en un mercadillo, sola. Un mercadillo de los famosos en mi ciudad. De repente algo me asustó y él me miraba desde la otra parte de la calle, diciéndome que también tenía miedo. Lo abrazo " no sabes las ganas que tenía de abrazarte". Deseos reprimidos que afloran de noche, ya sé lo que son los sueños. Yo me los tomo muy en serio, me río sin son divertidos, lloro sin son tristes, son mis sueños, mis deseos, son parte de mí de lo que siento y me afectan, no m avergüenzo de ello, de sufrir por cosas que sé que quiero. Doy gracias por poder sentirlos, por poder conocer cosas de mí todos los días mientras duermo.
Lo echo de menos, echo de menos esa sensación de saber que está conmigo, alguien que te mira, que te desea, que entre un millón está conmigo. Esa capacidad de hacerte sentir especial. Tal vez no lo echo de menos a él, tal vez soy solo víctima de unas circunstancias, de una serie de casualidades en las cuales las novedades superan a la monotonía, nuevas caras, nuevas situaciones a las que adaptarse, nombres que recordar.
Pero ahora nunca lo sabremos. Se va. Ya no cabe la posibilidad de cruzarse con él en la calle. Andar sin rumbo no tendrá la misma emoción, no será una aventura, tan solo será andar sin rumbo en una ciudad que por momentos se queda vacía."

lunes, 25 de mayo de 2009

Silencio, habla un maestro

Queda prohibido llorar sin aprender,
levantarte un día sin saber que hacer,
tener miedo a tus recuerdos.
Queda prohibido no sonreír a los problemas,
no luchar por lo que quieres,
abandonarlo todo por miedo,
no convertir en realidad tus sueños.
Queda prohibido no demostrar tu amor,
hacer que alguien pague tus deudas y el mal humor.
Queda prohibido dejar a tus amigos,
no intentar comprender lo que vivieron juntos,
llamarles solo cuando los necesitas.
Queda prohibido no ser tú ante la gente,
fingir ante las personas que no te importan,
hacerte el gracioso con tal de que te recuerden,
olvidar a toda la gente que te quiere.
Queda prohibido no hacer las cosas por ti mismo,
no creer en Dios y hacer tu destino,
tener miedo a la vida y a sus compromisos,
no vivir cada día como si fuera un ultimo suspiro.
Queda prohibido echar a alguien de menos sin alegrarte,
olvidar sus ojos, su risa,
todo porque sus caminos han dejado de abrazarse,
olvidar su pasado y pagarlo con su presente.
Queda prohibido no intentar comprender a las personas,
pensar que sus vidas valen mas que la tuya,
no saber que cada uno tiene su camino y su dicha.
Queda prohibido no crear tu historia,
no tener un momento para la gente que te necesita,
no comprender que lo que la vida te da, también te lo quita.
Queda prohibido no buscar tu felicidad,
no vivir tu vida con una actitud positiva,
no pensar en que podemos ser mejores,
no sentir que sin ti este mundo no sería igual
Pablo Neruda

jueves, 7 de mayo de 2009

Mientras me dure la vida

Siento cosas por la gente. Me alegro con su felicidad, me alimento de sus historias, de las cosas buenas que le suceden en la vida y eso me da vida.
Me gusta oír sus historias, aquellas que se que son importantes para ellos, que se paren, se sienten conmigo y me cuenten, y pasarme horas y horas escuchando lo felices que son mientras yo me hago grande y grande verlos sonreír de soslayo.
La lampara de mi salón se enciende sola, la apago y se vuelve a encender. Se que mañana puede que esté lejos de esas personas que ahora tienen la mirada limpia, brillante, así que saco tiempo para ellos, saco sonrisas para ellos, consejos que acumulo de mi propia historia para ayudarlos como alguien alguna vez me ayudó a mí.
Me estoy muriendo. Lo sé. Cada día que pasa la rosa de mi campana tiene un pétalo menos, por eso, hoy y mañana y hasta que caiga el último pétalo quiero estar sentada, sonriendo ante historias de amor, llorando por traiciones que no son contra mí, saltando por novios que aparecen, buscando a amores que no se encuentran, pero nunca sola, siempre con ellos, con aquellos que se paran para contarme sus historias, para hacerme participe de su vida, de su felicidad y que dejan que me alimente de ella mientras muero una noche más.

sábado, 2 de mayo de 2009

El beso escondido


"Tiene en la comisura el secreto de mujer, el beso escondido. Y espera al dueño de ese beso. Ya es toda una mujer"

domingo, 26 de abril de 2009

Jugando contra Mr Hyde

Cuando deje de ser tonta y empiece a preocuparme por ser una princesa el mundo me lo agradecerá. Y yo me lo agradeceré. Y mi venganza será ser feliz, ganar esta batalla, ganar la guerra, porque nunca me gustó perder, dejar las cosas a media, porque mi guerra esta vez es contra mí y conozco a mi rival.
Me alzaré entre los cuerdos, mi locura se verá reforzada por unas llamadas a la puerta "Mark Hardy, ¿estás ahí? " y por un loco de no se sabe donde cantando "Cuando te veo... me pongo fatal, me pongo fatal".
Beberé en la plaza de mi tierra, rodeda de mi gente, con grandes ausencias rizadas e italianas, rodeada de caras extrañas que beben en la plaza de mi tierra. Miraré hacia arriba y me vigilan los paisanos del pasado, los caballeros con sus princesas y sus amores prohibidos, un mono jugando con un niño al escondite, una gallina y sus pollitos, y esta futura mamá pato, bebiendo mientras escucha "Zingara rapera" con sus volantes y sus converses de 7€.
Pero primero ganaré esta guerra a Mr Hyde y volveré a ser la que siempre fui, con mi vida, mi gente, mis ganas de seguir y mi corona de princesa.

domingo, 19 de abril de 2009

El triciclo rojo

Había un triciclo rojo en una parcela de campo. Había una niña pequeña, cinco años tendría como mucho, subida en él dando vueltas por la parcela, por la parte asfaltada. En mi sueño, la niña me daba la espalda, pasaba por delante de la puerta del garaje donde no había coches, solo kilos y kilos de patatas extendidas encima de cartones que desaparecían siempre que algún gorrón se asomaba por la parcela.
Desperté y lo recordé, era su triciclo rojo, el que estaba allí para ella. Fue abandonado algún día que no recuerda, en las traseras de la leñera, donde solía vivir Atila.
Los veranos dejaron de ser como solían ser en aquella parcela hace ya muchos años. Veranos subidos en un montículo de tierra y piedras (restos de la construcción de la casa) en donde los niños jugaban a que eran los Reyes Magos y repartían caramelos. Veranos en los que descubrieron un hormiguero en su monticulo y una fila de pequeñas hormigas que entraban y salían incansables.
Veranos cenando pan de pueblo y queso de cabra ante una noche que anunciaba venir con brisa.
Veranos en una piscina, con crema Nivea, ese olor que, por mucho que lo busques, solo tiene la Nievea, olor de veranos perdidos, olvidados entre sueños que cuesta interpretar.
Ya no está el triciclo rojo de metal, ni la niña que solía montarlo por el asfalto. Ya no está Atila en la leñera, ni su incansable ladrido cuando venían aquellos que lo trataron mal una noche. Ya no están las hormigas ni sus montículos, ya no están esas cenas con brisa veraniega ni siquiera aquellos que comían el pan de pueblo y el queso de cabra.
Ya solo queda un viejo borracho, solo, con sus patatas extendidas en el garaje, la piscina vacía y un montón de habitaciones, camas que nunca más serán habitadas. Una foto de caza en la pared del salón que le grita que hubo tiempos mejores, tiempos en donde había niños en sus bicis y un triciclo rojo dando vueltas por su parcela, por la misma en la que ahora solo queda él y una vida desperdiciada solo, con recuerdos que no tiene y no quiere tener, y una botella de vino de pitarra en donde callar los gritos de una vida que ya no tiene.

sábado, 4 de abril de 2009

A los ojos de los demas

"Esta vez la culpa no es tuya", "sacúdete", "cuídate, mímate", "no era tu tren" y esque me siento querida, apoyada y a menudo lo olvido, me encierro en mi autocompasión, en mi obligada salida adelante sin nadie a mi alrededor, por mis medios, sola y sin consuelo.
Creía que "nadie me puede curar", pero me engañaba, porque solo a los ojos de los demás aún vivo cuando yo me siento morir, me dejo morir. Solo a ojos de los demás, de los que me quieren, de los que lloran conmigo cuando yo lloro, me quiero mirar, como un espejo de felicidad eterna en donde quiero reposar, pararme a descansar en esta nueva parada que me ha tocado vivir.
Salir vencedora, ser una guerrera de los cuentos, de las heroínas anónimas que inhundan calles y avenidas luchando con su espada de fuerza contra aquellos que quieren que pierdan sus batallas, sus guerras.
Pero ellas salen reforzadas de cada reto, de cada victoría, sustituyendo sus bombillas rotas, por bombillas nuevas, más brillantes, más radientes, de las que ahorran energía, pero brillan más.

sábado, 21 de marzo de 2009

Frente a un cafe, siempre manchado

Ella me conoce. En una cafetería, frente a un café, siempre manchado y caliente, me mira y adivina entre frases que no he pronunciado aún.
Frente a un café, siempre manchado, me mira y me conoce. Yo callo, de las pocas personas que son capaces de quedarme sin palabras, me siento vulnerable ante ella, porque ambas sabemos que dice justo aquello que es verdad, que sabemos que es cierto.
Frente a un café, siempre manchado, no quiero estar con nadie más, averiguo que no quiero escuchar nada que no venga de ella, porque ella me conoce, porque dice lo q pienso sin pensarlo, sin querer pensar, sin hacerme daño, sin querer que sus palabras me influyan para vivir, solo para pensar aquello que me niego a hacer.
Frente a un café, siempre manchado, está la persona que más me conoce, mejor que yo misma en realidad, la que más me quiere, eso sin dudarlo ni un momento. Y me miro en sus ojos y soy capaz de verme, de verme más allá de lo que yo veo en un espejo inerte, porque solo en los ojos de aquellos que te quieren serás capaz de verte, y de ver aquello que no quieres mirar.
Mi hermana, mi compañera, algo que no sé explicar, que no tiene denominación, que no quiero nombrarlo por miedo a que se pierda, que se rompa si lo pronuncias. Solo frente a un café siempre manchado, con ella, siempre con ella, la vida empieza a tener sentido tras días de soledad y duda.

domingo, 15 de marzo de 2009

Provando

Provando eso de ser feliz. Provando a combatir miedo, a ser paciente y no querer saber, a no ser tan clara que asuste. Provando eso de vivir, de sentir y dejar sentir, lo malo y lo bueno. Provando quedarme sin aliento ante una respuesta que no quiero oir, que no quiero que llegue, la incertidumbre, unos labios cerca que no se pueden besar, un secreto a voces de quienes no tienen nada que esconder, pero que se esconden por los pasillos de un palacio que una vez construyeron para ellos sin querer.
Provando a que el tiempo pase, sin que el reloj te diga que está pasando, sin prisas, sin nada que importe más que unas risas y conversaciones que no llegan a nada serio, porque "no son nada", porque no se atreven a serlo.
Provando el "quien puede más", un tira y afloja de deseos que no se cuentan, que no se pueden contar, "el primero que hable pierde".

domingo, 22 de febrero de 2009

A mi sobrino

Hola bebé.
Acabo de saber que existes, que ya eres uno más a una lista de personas que forman parte de mi vida, una vida llena de holas y adioses, pero no te asustes porque un adios siempre trae un hola a sus espaldas.
Acabo de saber que existes y ya tengo ganas de verte, llevarte en tu cochecito por el parque, mientras paseamos a Gordo y contarte mil y una historias sobre las cosas buenas que te encontrarás en el paseo.
Acabo de saber que existes y quiero oirte reir por primera vez, acosarte con una camara, que tengo que comprar, y perseguirte a la espera de que abras los ojos, digas "tita", o eches a correr detrás de Drako que siempre ganará vuestras carreras (ya lo conocerás, es así de inquieto).
Acabo de saber que existes y tengo ganas de que conozcas a tus padres, jovenes, llenos de vida, de energía, de una sabiduría que solo ellos sabrán transmitirte y que, creeme, tienes suerte de que lo hagan.
Y sarás parte de una mafia familiar en donde la gente se quiere, se ayuda, se apoya y estarás orgulloso de ser Romero como todos los somos, como todos lo estamos. Y malmeterás en la vida de tus "titos" y de tus primos y entonces no solo reirás pro primera vez, esque no dejarás nunca de reir.
Nos vemos en nueve meses, pequeño, y entonces...

jueves, 19 de febrero de 2009

En un lugar de cuyo nombre no quiero acordarme

"Soy un poeta encadenado, soy callejero". Y escribo por escribir en una tarde que se acaba, de un día un tanto extraño de contar, cansado, con caras poco conocidas, buenas caras pero no conocidas.
Y en una mesa, muchas voces que hablan de sus cosas, conversaciones de gente que se conoce desde demasiado tiempo, sus puntos débiles salen a la luz azuzados por aquellos que los conocen.

jueves, 12 de febrero de 2009

mañana

Se acerca la noche y Gordo tiene sueño. Se rasca los ojillos con las patinas de alante. Se tumba a mi lado en el sofá y me huele la ropa, sabe que soy yo y empieza a pestañear. Aún no ha cenado, pero prefiere dormir, ha llegado su momento, ahora quiere dormir.
Mañana por la noche, si nadie se une al plan, cenaré en el turco después de trabajar, comida etnica. Me sentaré en medio de la Plaza a ver a la gente pasar. Si hace frío, me subiré los cuellos del abrigo y apuraré porque tendré miedo, me dará vergüenza estar allí sola, pensando en... cualquier cosa, mirando la Torre de Bujaco, el Arco de la Estrella,... que siempre me dan ánimos desde sus muros de piedra. Y me "propongo salir adelante", seguir chica, seguir y no parar.
Y mañana será otro día, otro día más "que se va del calendario mientras grita que no va a volver jamás", será un día más de vida, un paso más a la muerte.

sábado, 24 de enero de 2009

Y en espacio vacío

Una tarde de sabado más encuentro en mi casa el espacio vacío para pensar. Y pienso que mi vida se convierte en un ir y venir de despedidas que nunca se me dieron bien y que no quise provocar. En definitiva, las relaciones son solo un hola y adios entre los cuales discurren conversaciones, a veces sin sentido otras todo recto, al fondo a la derecha.
No tengo tiempo a pararme a descansar, en realidad no quiero parar, tengo todo un mundo a mi alrededor y personas a las que conocer, sitios que visitar y recuerdos que olvidar," si duele un recuerdo te cura el olvido" ¿por qué parar entonces?
Una cara atraviesa la pantalla de mi ordenar mientras me grita que no hice bien. "¿Qué es lo que hicimos tan mal? Fue tu orgullo desgraciado, que supimos tragar".
Y esto que escribo un día más, es solo una oda a aquellas canciones que de repente se me vienen a la cabeza, porque, casualmente, van acorde con esta guitarra desafinada que son los sentimientos.
Y escuché, que me decían que valía para esto, "tú no tienes pareja, aprovéchalo y centrate en esto, yo creo que tú vales para esto, lo harías bien", y siempre sigo los consejos que quiero escuchar, aunque esta vez no quedan opciones, no queda nada por lo que no seguir, por lo que no "coger las maletas y decir adios", y seguir dando vueltas, encontrar el fin del mundo, ir lejos y más allá, saber los límites de la vida, tocarlos y volver a casa, a descansar, en mi espacio vacío y a pensar.

martes, 20 de enero de 2009

"Casa"

Cáceres. Calle Pintores. Dos niñas juegan a pisar solo las baldosas negras, yo solo piso las blancas, de pequeña jugaba así. Una de ellas ha perdido. "Viva" y sigue jugando. Es lo que tiene pisar baldosas que más tarde o más temprano pisarás otra vez la que tú quieres.
Quien pare pierde. Por eso yo no dejo de moverme, porque sé que en los dos segundo en los que me pare, en los que deje de pensar, de sentir, de hablar, de hacer cosas moriré. Soy joven aún, me queda mucho camino que correr y piernas fuertes, cortas, pero fuertes para andarlo. Siempre ha sido así, "o te mueves o caducas" un eslogan muy bueno que siempre recuerdo cuando voy sola a casa después de salir de fiesta, si me quedo quieta corre el riesgo de que alguien ande hasta mí y sigo andando cada vez más deprisa, cada vez más deprisa hasta que llego al pequeño parque que hace tiempo que quedo vacío de columpios, de los columpios que yo subía de pequeña y que me hacían invencibles, campeona de una competición contra nadie en realidad, contra la propia gravedad. Ese parque es "casa" y a partir de ahí nadie puede hacerme daño. La gente duerme, pido "V" y todo lo malo me deja en paz.
Dicen que los niños adoptan los miedos de sus padres. Mi padre ha visto mucho miedo y ahora soy yo quien los evita. Sé que no está tranquilo cuando trabaja de noche y yo decido salir, pero si paro... pierdo y perder nunca se m dio bien.

viernes, 9 de enero de 2009

curiosos y extraños

Curiosos son los sueños que te acercan a deseos, a extrañas situaciones que jamás habrías imaginado. Raras, originales, llenas de imaginación, de magia...
Me encanta dormir y soñar. Justo antes de cerrar los ojos imagino que raras aventuras viviré en la noche, pero siempre me superan.
Puedo viajar en el tiempo, en el espacio y volver a estar con ellos, con mis reyes magos particulares, en sueños no me hacen tanto daño, son personas distintas sin poder para herir solo para sacar las cosas que siempre pensé que tenían y que siempre quise que tuvieran.
Dicen q soñar con alguien te aleja de ellas y eso me alegra. Pronto, muy pronto, dejará de dolerme, dejaré de soñar con ellos y volveré a ser la de siempre, la de casa.
Curiosos son los sueños y extraños significados esconden. Ya lo dijo Becquer "por lo menos sé que he soñado".
Al despertar, la sensación aún perdura y me acompaña durante todo el día. De vez en cuando me hace sonreir, me da paz y me hace flotar cuando el día se vuelve demasiado real para soñar con él.
Esta noche volveré a cerrar los ojos y volverán a aparecer para alejarse de mí y que yo sepa que se van.
Siempre pensé que me guiaba mucho por mis sueños. A veces, sin querer, me afectan hasta el punto de dejar de hablar a alguien, buscar al galan que lucha contra dragones y creer que aparecerá si ando por la calle. Y esque mis sueños soy yo, siempre yo curiosos y extraños.

domingo, 4 de enero de 2009

No temas...

No temas,... yo estoy contigo.
El miedo no trae nada bueno, dejas de ser tú misma. Pero yo tengo miedo, demasiado miedo.
Odio las noches a oscuras, solas en el salón con un montón de cosas por pensar, la muerte me acecha entre sombras, aunque también la temo de día.
Me da miedo el rechazo, no me siento preparada para quedarme atrás, sentada en un taburete de un bar cualquiera, sintiendo que nadie me ve.
Tengo un problema y lo sé.
El miedo me acompaña y me guía a menudo. Me advierte de las cosas que pueden que no salgan bien. Creo que hay distintos tipos de miedo, grados que se jerarquirizan.
Cada día es una lucha contra el miedo, una batalla a ganar en donde la caballería resucita entre sueños, para tener las armas preparadas y combatir una vez más. No importa el tiempo que pase, las batallas que se ganen, siempre existe una guerra que no podemos perder. Perder sería hundirse, sucumbur a la sin razón que el miedo tatua, sería como no haber vivido nunca y no volver a vivir.
Las reinas no tienen miedo, las hadas no tienen miedo, la Campanilla de mi chaqueta no tiene miedo ellas son mi batallón, soy su líder, soy la jefa.