domingo, 22 de febrero de 2009

A mi sobrino

Hola bebé.
Acabo de saber que existes, que ya eres uno más a una lista de personas que forman parte de mi vida, una vida llena de holas y adioses, pero no te asustes porque un adios siempre trae un hola a sus espaldas.
Acabo de saber que existes y ya tengo ganas de verte, llevarte en tu cochecito por el parque, mientras paseamos a Gordo y contarte mil y una historias sobre las cosas buenas que te encontrarás en el paseo.
Acabo de saber que existes y quiero oirte reir por primera vez, acosarte con una camara, que tengo que comprar, y perseguirte a la espera de que abras los ojos, digas "tita", o eches a correr detrás de Drako que siempre ganará vuestras carreras (ya lo conocerás, es así de inquieto).
Acabo de saber que existes y tengo ganas de que conozcas a tus padres, jovenes, llenos de vida, de energía, de una sabiduría que solo ellos sabrán transmitirte y que, creeme, tienes suerte de que lo hagan.
Y sarás parte de una mafia familiar en donde la gente se quiere, se ayuda, se apoya y estarás orgulloso de ser Romero como todos los somos, como todos lo estamos. Y malmeterás en la vida de tus "titos" y de tus primos y entonces no solo reirás pro primera vez, esque no dejarás nunca de reir.
Nos vemos en nueve meses, pequeño, y entonces...

jueves, 19 de febrero de 2009

En un lugar de cuyo nombre no quiero acordarme

"Soy un poeta encadenado, soy callejero". Y escribo por escribir en una tarde que se acaba, de un día un tanto extraño de contar, cansado, con caras poco conocidas, buenas caras pero no conocidas.
Y en una mesa, muchas voces que hablan de sus cosas, conversaciones de gente que se conoce desde demasiado tiempo, sus puntos débiles salen a la luz azuzados por aquellos que los conocen.

jueves, 12 de febrero de 2009

mañana

Se acerca la noche y Gordo tiene sueño. Se rasca los ojillos con las patinas de alante. Se tumba a mi lado en el sofá y me huele la ropa, sabe que soy yo y empieza a pestañear. Aún no ha cenado, pero prefiere dormir, ha llegado su momento, ahora quiere dormir.
Mañana por la noche, si nadie se une al plan, cenaré en el turco después de trabajar, comida etnica. Me sentaré en medio de la Plaza a ver a la gente pasar. Si hace frío, me subiré los cuellos del abrigo y apuraré porque tendré miedo, me dará vergüenza estar allí sola, pensando en... cualquier cosa, mirando la Torre de Bujaco, el Arco de la Estrella,... que siempre me dan ánimos desde sus muros de piedra. Y me "propongo salir adelante", seguir chica, seguir y no parar.
Y mañana será otro día, otro día más "que se va del calendario mientras grita que no va a volver jamás", será un día más de vida, un paso más a la muerte.