miércoles, 11 de junio de 2014

Puede que tú hagas más fuerte con más ganas de seguir.

Sentada frente a la ventana mira pasar la vida. Oye voces de gente que no conoce y ve caras de hijos que no recuerda. Sonríe cuando la besas porque en el fondo sabe que te quiere aunque no sabe por qué.

Yo tampoco la recuerdo. Mi idea de ella es de una anciana sentada en una silla madera hablando sin dejarme oír el televisor. La echo de menos.

No tiene pasado, ya no sabe quien fue: una mujer valiente y luchadora dando la vida por aquellos que hoy se olvidan de ella. Y la llaman enferma

Hoy que el tiempo aplaca el dolor, no así las lágrimas que, incontrolables, brotan de mis ojos con su recuerdo, admiro a la mujer que hay en mí, que vive en mí, que su recuerdo no deja marchar y que me acompaña en estas noches en vela donde mi mente viaja más rápido que yo. Atrás a su recuerdo, adelante a un futuro que se me abre y no sé muy bien por qué puerta entrar y, al presente, que día a día me acompaña en mi reloj nuevo.

"Son tan bonitas las noches en las que no hay que dormir, es tan corta la distancia que me separa de ti".

A veces, la noche se vuelve de tu forma, y te veo ir y venir por la recepción, rápido, solo para mirarme y volver a desaparecer. Un ir y venir incesante, como si de una sombra te tratases. Imagino que me preguntas, que me escudriñas con tus ojos azules por si algo no marcha bien. No te preocupes, abuela, me dejaste tu fuerza y me trajiste quien tira de mí si me despisto y no la uso.

lunes, 5 de mayo de 2014

Y a la luz

Contigo descubrí un mundo en el que el amor no sea tan extraño de sentir, que se sienta, sin pensar, sin pros ni contras, sin pegas ni objeciones, ni excepciones. Que sea sencillo e inevitable sonreir. Que lo raro sea no sentirse amado todo el tiempo, en todas las condiciones en cualquier circunstancia y lugar.

Un mundo en el que la locura no da miedo, ni se sienta compasión por estar loco. En el que estar loco no sea querer morir sino querer vivir, querer hacer de la vida algo especial a intervalos de 5 minutos, porque con 5 minutos se puede sonreir toda la vida.

Encontré en tus pies los compañeros ideales del camino, que puede que no lleve muy lejos, ni muy cerca, puede que no tengan un destino, pero con ellos solo importa caminar para sentir el sendero bajo los pies.

Dejó de existir el tiempo y el lugar. Dejé de sentir un ente físico para poder trasladarme allá donde tú estás y que me sientas siempre. Dejé de esperar el momento en el que me dirás adiós, confiando en que ese día no llegará nunca. Dejó de importar las frustraciones, los intentos fallidos, porque tú das sentido a mis derrotas. Perdí las batallas, pero finalmente gané la guerra. Conquisté la ciudad al tiempo que tú me conquistaste a mí.

Y puede que mis musas me hayan abandonado, que mi pluma duerma escondida en un rincón del olvido del que no quiero recordar la ubicación. Nada importa. Ya no hay penas que deban ser lloradas en secreto, entredichas en versos que solo yo entiendo. Cada historia contada en clave con una nueva tristeza, o quizás la misma tristeza con diferente trazo.

Y puede que mi vida haya cambiado, que yo haya cambiado. Pero es que en la oscuridad no se aprecian bien los objetos y solo a la luz, la que tú me has traído, mi verdadera forma puede ser descubierta.