martes, 20 de enero de 2009

"Casa"

Cáceres. Calle Pintores. Dos niñas juegan a pisar solo las baldosas negras, yo solo piso las blancas, de pequeña jugaba así. Una de ellas ha perdido. "Viva" y sigue jugando. Es lo que tiene pisar baldosas que más tarde o más temprano pisarás otra vez la que tú quieres.
Quien pare pierde. Por eso yo no dejo de moverme, porque sé que en los dos segundo en los que me pare, en los que deje de pensar, de sentir, de hablar, de hacer cosas moriré. Soy joven aún, me queda mucho camino que correr y piernas fuertes, cortas, pero fuertes para andarlo. Siempre ha sido así, "o te mueves o caducas" un eslogan muy bueno que siempre recuerdo cuando voy sola a casa después de salir de fiesta, si me quedo quieta corre el riesgo de que alguien ande hasta mí y sigo andando cada vez más deprisa, cada vez más deprisa hasta que llego al pequeño parque que hace tiempo que quedo vacío de columpios, de los columpios que yo subía de pequeña y que me hacían invencibles, campeona de una competición contra nadie en realidad, contra la propia gravedad. Ese parque es "casa" y a partir de ahí nadie puede hacerme daño. La gente duerme, pido "V" y todo lo malo me deja en paz.
Dicen que los niños adoptan los miedos de sus padres. Mi padre ha visto mucho miedo y ahora soy yo quien los evita. Sé que no está tranquilo cuando trabaja de noche y yo decido salir, pero si paro... pierdo y perder nunca se m dio bien.

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