sábado, 4 de abril de 2009

A los ojos de los demas

"Esta vez la culpa no es tuya", "sacúdete", "cuídate, mímate", "no era tu tren" y esque me siento querida, apoyada y a menudo lo olvido, me encierro en mi autocompasión, en mi obligada salida adelante sin nadie a mi alrededor, por mis medios, sola y sin consuelo.
Creía que "nadie me puede curar", pero me engañaba, porque solo a los ojos de los demás aún vivo cuando yo me siento morir, me dejo morir. Solo a ojos de los demás, de los que me quieren, de los que lloran conmigo cuando yo lloro, me quiero mirar, como un espejo de felicidad eterna en donde quiero reposar, pararme a descansar en esta nueva parada que me ha tocado vivir.
Salir vencedora, ser una guerrera de los cuentos, de las heroínas anónimas que inhundan calles y avenidas luchando con su espada de fuerza contra aquellos que quieren que pierdan sus batallas, sus guerras.
Pero ellas salen reforzadas de cada reto, de cada victoría, sustituyendo sus bombillas rotas, por bombillas nuevas, más brillantes, más radientes, de las que ahorran energía, pero brillan más.

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