jueves, 7 de mayo de 2009

Mientras me dure la vida

Siento cosas por la gente. Me alegro con su felicidad, me alimento de sus historias, de las cosas buenas que le suceden en la vida y eso me da vida.
Me gusta oír sus historias, aquellas que se que son importantes para ellos, que se paren, se sienten conmigo y me cuenten, y pasarme horas y horas escuchando lo felices que son mientras yo me hago grande y grande verlos sonreír de soslayo.
La lampara de mi salón se enciende sola, la apago y se vuelve a encender. Se que mañana puede que esté lejos de esas personas que ahora tienen la mirada limpia, brillante, así que saco tiempo para ellos, saco sonrisas para ellos, consejos que acumulo de mi propia historia para ayudarlos como alguien alguna vez me ayudó a mí.
Me estoy muriendo. Lo sé. Cada día que pasa la rosa de mi campana tiene un pétalo menos, por eso, hoy y mañana y hasta que caiga el último pétalo quiero estar sentada, sonriendo ante historias de amor, llorando por traiciones que no son contra mí, saltando por novios que aparecen, buscando a amores que no se encuentran, pero nunca sola, siempre con ellos, con aquellos que se paran para contarme sus historias, para hacerme participe de su vida, de su felicidad y que dejan que me alimente de ella mientras muero una noche más.

1 comentario:

Unknown dijo...

mientras hay vida hay esperanza... de que un día tras la vuelta de la esquina...zas, catacroqueeer!!

mientras hay vida hay mañanas en las que te levantas temprano con muuuuchas cosas que hacer! hay algo mejor que esa sensacion? la de tener millones de cosas que hacer y salir a la calle cuando todavía hace frio mañanero de primavera y ves como, poco a poco, con el paso lento de las horas, el sol va saleindo despacio y vamos cumpliendo los asuntos pendientes...

Dentro de nada los 22, aun quedan muuchas cosas por hacer, por vivir! Somos tan jóveneees!! que nos deberíamos sentir inmortales!!

te quiero geminiana conejiana!! jajaja