domingo, 18 de abril de 2010

Y él...

¿Y él se acordará? ¿Pensará, en la soledad de su salita al final del pasillo, en el último día que la besó y su beso fue correspondido? ¿En aquellas noches de infinito amor en el que sus cuerpos se unían y el sexo dejaba de ser solo placer para ser una muestra más del amor que se tenían? ¿Aquellos momentos de abrazos desnudos en la cama, esperando que llegara el día, sin ganas de que la luna se ocultase?
¿Los paseos de la mano? ¿Las miradas furtivas de sillón a sillón, mientras las sonrisas se dibujaban tranquilas en sus rostros de ancianos que han tenido una vida dura, llena de felicidad?
¿Pensará en el suave susurro del viento que recorria peregrino los milimetros previos al contacto de las caricias?
¿Recorrerá su mente su cuerpo expuesto al sol, en alguna de las playas, en alguno de sus viajes? ¿Volverá su mente a posarse en sus manos fuertes, mientras martilleaban el cristal de la mesa, incesantes y nervisas?
¿Olerá su perfume entre las sábanas? ¿Buscará el tacto entre su ropa? ¿Sentirá el abrazo de consuelo entre su propio abrazo? ¿Oirá la voz, la risa, la canción que emanaba de entre sus labios?
¿La extrañará tanto que el dolor le supere? ¿Llorará aún?

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