viernes, 30 de diciembre de 2011

Garabatos

Garabatos en mi cuaderno. Algo escondido con demasiada rabia para usar corrector. Seguro que merecía que la hoja fuera arrancada, pero, a su vez la rabia se mezcla con la esperanza, con el recuerdo, con los restos de un ayer que hace calmar tu ira y adecentar un poco la página.
Hay un garabato, también, en el inicio de una historia, quizás poco fructifera para dar algo hermoso, quizás con un final prematuro, antes incluso del erase.
Erase..., curioso que los cuentos siempre hablen del pasado. El presente te deja pocas opciones para soñar, para inventar cuentos, aunque la verdad, es que te deja pocas opciones para creer que puedan suceder de verdad.
Ando detrás de mi prosa, la invoco para que venga a mí, para crear cuentos que merezcan ser creídos: un palacio en un reino muy lejano, una princesa hermosa a la par que inteligente, un villano que muera y algún animal que hable, los animales que hablan siempre dan sentido a la imaginación del que los inventa.

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