martes, 3 de julio de 2007

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La otra noche soñé con mi muerte. Me querían fusilar por razones estúpidas e inconcretas. Cuando me desperté, y aun sabiendo que dentro de mi mismo sueño escapé de mi destino fatal, me pasé el día triste y pensando.
¿Nunca os habéis preguntado qué hacemos aquí?¿Qué hubiera sido de nosotros si no hubiéramos nacido o si hubiéramos estado en otra familia, en otro país...? Es una pregunta que ronda mi cabeza desde siempre, quizás porque al pensarlo te sientes un poco especial: es que yo he nacido, estoy aquí, ahora, con esta vida y otros no.
La vida es la ostia, ¿nunca lo habéis pensado? Te lleva a lugares desconocidos que jamás creíste que visitarías, conoces a gente diferente que, muchas veces, poco o nada tienen que ver contigo.
Maná lo explica muy bien en "Bendita la luz".
Después te pones a pensar y en realidad la valoramos tan poco. Porque solo hay una y no la disfrutamos, no la exprimimos y sacamos de ella todo su potencial, su sabiduría. Tenemos una vida de oportunidades y la pasamos sentados en el sofá viendo como se despellejan un par de anónimos que entraron en una casa. Tenemos tiempo de todo y se nos olvida.

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