Si algo puede salir mal, saldrá mal. Supongo que Murphy sufrió una crisis de identidad al descubrir su Ley universal, esa que le decía que da igual la esperanza que tuviera en cualquier cosa porque, al final, se jodería.
Al principio, luchas contra tu propia verdad, te enfadas, intentas rebelarte, la rabia te come y tu la comes a ella hasta que alguna de las dos diga basta. Luego llega la tristeza, la rabia ganó el combate. Y ahora te queda jugar con la soledad, resignarte a que no te pase el balón. Negarla sería negarte la propia realidad.
Ahora te queda preguntarte el por qué. Por qué llegado a este punto del camino los pasos se hacen más pesados y más dificil el avance. Por qué, si lo que te espera no te entusiasma y retroceder sería una derrota, quedarse parada no es ni siquiera una de tus opciones. Y como quién no quiere la cosa, sigues avanzando, moviendo los pies más bien, de manera automática, parando en cada piedra del camino a lamentarte por..., solo a lamentarte.
Y si miras hacia atrás, ves que alguien se llevó tu alegría, tu energía, te robaron tus dones sin mostrar más arrepentimiento que una mirada de soslayo al verte pasar. mientras tu camino, el que no te gusta ni alante ni atrás, se hace más y más largo, con un destino incierto y muchas decepciones en el trayecto.
Quizás Murphy lo sintió, y quiso callárselo. Fabricar una caja de pandora donde guardar su secreto y fingir que nada de lo pronunciado ha sido dicho jamás, pero... la caja se rompió y todos lo descubrimos "si algo puede salir mal, saldrá"