viernes, 27 de junio de 2008

El gato centinela

Cae la noche, el día muere o nace, depende del tipo de animal con el que hables. La calle está en silencio, es una calle silenciosa tampoco se nota la noche en su voz. Por mi ventana entra la luz de lo que parece ser la luna, pobre niña, es solo la luz de las farolas contaminando el cielo, la luz creada para evitar el beso de los furtivos en la oscuridad, para evitar que los parques se conviertan en complices de deseos más allá de lo "políticamente correcto", sin embargo las puertas están abiertas, como riéndose de aquellos que no podrán sucumbir, de aquellos que tendrán que esconder sentimientos tabú.
Andando por aceras distintas, no se miran, no se hablan ni se tocan, el mundo los espía, espía su suerte y su felicidad frustrada por normas. Ella grita, vosotros también amáis, pobres hipócritas. Cruza su parte del camino y se agarra al culo de su novio, bueno de su amigo con excepción, mira atrás, un gato les observa fiel carabina de una pasión que debe estar bajo llave. Se gira enfrente de su compañero de ilegalidad, lo mira, no lo besa, pero le sonríe con cómplice pensamiento, sus ojos demuestran que la prohibición no existe para ellos, hoy no.
Cuando vuelve a casa, se tumba en la cama, mira la luz artificial de su luna particular entrar por la ventana y llora en silencio, sin lágrimas ni gimoteos, solo mira y llora. El mundo por fin duerme. El gato terminó su trabajo, ella está en casa y se siente mal, confundida, misión cumplida.
Sus alas se han roto, cayó el pájaro antes de volar. Estira la mano y observa el horizonte, el final de lo que le han dibujado en su pared para hacerla creer que no hay límites. Toca el gotelé azul. No hay más puertas para el final de la función, no es una película. Es el fin.

jueves, 19 de junio de 2008

Sin titulo para su canción

Suena el teléfono, ese es el comienzo de su historia, lo ha pensado mucho y no sabe cómo empezar, dicen q los comienzos siempre son difíciles, pero ella odia más ponerle el título a sus... chorradas en papeles en blanco.
Suele hablar de ella en tercera persona, parece que cuando las cosas las dicen otros suenan menos estúpidas o simplemente menos avergonzantes (¿existe esa palabra?).
Hoy ha sentido envidia, una vez más, y amor, pero eso ya lo esperaba. Envidia de una calle extremeña, solitaria pero radiente de luz y se ha preguntado cómo se consigue eso. Ha sentido envidia de unas alas a ras del suelo, de unos pasos que ella misma sabe dar con distinto camino.
El amor en sus ojos, en su boca y lo que dice. Se agarra del pelo y se frota los ojos como quien siento que no es real, que es una tonta enamorada de una pantalla de ordenador, de un cd que suena una y otra vez, de un periodico de la semana.
Ha salido a la calle, su destino le espera, tal vez no sea el deseado pero es su destino, el que ella se creó. Confía en la suerte y la ayuda a que esta sea posible de alcanzar, porque en el fondo necesita tener el control de su vida, de sus horas, de cada pensamiento bueno y malo que azota su mente cuando se para a escuchar. "Si piensas en algo procura que sea bueno" se lo debe asique lo intenta. No es fácil. Y por la noche el incosciente gana y cae en profundo sopor de confusión y centros comerciales.
Y aún sigue sin título para su canción...

miércoles, 11 de junio de 2008

casualidad

Un dia más escribo por escribir. Tengo fe ciega en mis manos, ellas me salvan de esta locura que es el silencio, locura para mí que nunca sé estar callada cuando no tengo nada que decir.
Una idea ronda mi mente, la intento explicar pero no me sale, no hay nada para explicar, es una emoción, un miedo y, ¿cómo se explica eso?
La vida está tranquila y eso me asusta. La calma que sigue a la tempestad (creo que eso ya lo dije antes, empiezo a repetirme). Y esque nunca he sido feliz, es algo que se escapa de las manos, un suspiro, una insolación. A veces hay algo que se le parece, pero es pura casualidad, como decia Julieta Venegas.
La casualidad. Qué bonita me parece. La vida está llena de casualidades, de momentos irrepetibles, de trenes que pasan y que coges o no sin darte cuenta o los pierdas a sabiendas que es peor. ¿Quién será capaz de dejar marchar un tren? Yo no, ya no quiero más trenes perdidos. Puede que me monte en alguno que me lleve a sitios inesperados, puede que buenos, puede que malos, pero viajaré, viviré y soñaré con trenes que regresan sabiendo que no pasará, no me juzguen son mis sueños.
El mar me llama, lo oigo desde aquí y pienso en él. Se vuelve tan dificil vivir en el centro. Aunque no es tan malo, hay cosas, hay sensaciones, lugares y personas que no encuentras en la costa solo que estamos tan obsesionados con huir con cambiar, con empezar de cero que se nos pasan por alto.
Perdón por mi incoherencia, mis manos están cansadas y yo tengo miedo.
Miendo de qué. De perder y de ganar de que cambie el mundo si me muevo. Quisiera quedarme quieta, con los ojos cerrados, sin hablar, conteniendo la respiración y con un solo latido, bom, bom, bom y asi... sin que nada pasara, reteniendo en mí solo este momento, esta casualidad, solo para mí, solo para mí.